El autismo
Los síntomas fundamentales del autismo son dos:
- Deficiencias persistentes en la comunicación y en interacción sociales.
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
Es más frecuente de lo que pensamos: afecta a 1 de cada 100 personas (según el DSM-V). Podemos estimar que en Cataluña, con siete millones y medio de habitantes, hay cerca de 75.000 personas afectadas, en mayor o menor grado. En el 70% de los casos, existe una discapacidad intelectual asociada, de grado diverso. Afecta más a los varones que a las mujeres, en una proporción de 4 a 1.
El cuidado y dedicación que requiere la persona afectada por TEA es muy exigente para la familia. Los padres están expuestos a múltiples retos que tienen un fuerte impacto en el núcleo familiar (emocional, económico y social) necesitando mucha ayuda profesional externa.
¿Mi hijo puede padecer autismo?
- En el parvulario y en la escuela, hay falta de interés por los demás niños.
- No comparten intereses.
- Ausencia de juego simbólico.
- Existe poco contacto visual y no observan la expresión de la cara del interlocutor cuando ven juntos algo inusual. No suelen hacer la «risa social».
- Su lenguaje, si existe, es literal.
- Evitan el contacto físico o les gusta poco. Suelen tener hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa y auditiva. A menudo, hay poca sensibilidad al dolor.
- Poco reaccionan ante la voz de los padres, lo que puede hacer sospechar un déficit auditivo.
- Tienen intereses inusuales.
- Pueden mostrar comportamientos extraños, repetitivos y autoestimulantes.
- Los que presentan mayor nivel intelectual notan que son diferentes y no entienden qué les ocurre.
Si usted ve identificado a su hijo/a, en 5 puntos o más de la descripción anterior, le recomendamos que busque asesoramiento en un centro especializado para descartar un Trastorno del Espectro Autista (TEA).